Decidí escribirte porque de
casualidad escuche “nuestra” canción (“Y llegaste tú”) hace un momento. Sé que
tú no lo recuerdas y que tampoco te importa pero hoy 27 se cumplen dos meses
desde que te fuiste.
¿Recuerdas cómo nos conocimos?... Yo
recuerdo perfectamente que cuando te vi por primera vez (sinceramente) no me
llamaste la atención, me parecías un poquito serio. Después empecé a
encontrarte seguido en el carro (o tú me encontrabas a mí). Y así poquito a
poquito algo surgió, a medida que pasaba el tiempo e íbamos conversando la
visión que tenía de ti fue cambiando. Y el día que bailamos juntos por primera
vez ya supe que ahí había algo. ¿Sabes? Hoy, eso es una de las cosas que más
extraño.
Sinceramente no sé por qué te
fuiste, para mí las cosas iban bien entre nosotros, éramos felices (o bueno, yo
era feliz y tú, dos semanas antes de terminar me dijiste que me amabas… ¡Y en
serio te creí!). No entiendo como una persona puede cambiar de sentimientos tan
rápido. A veces pienso que te levantaste un día y dijiste: No, no la quiero,
debemos terminar.
Y así fue como pasó. A veces pienso
que solo me diste excusas, primero dijiste que necesitabas concentrarte en tu
trabajo, que por mi causa dejaste de lado algunas cosas y que eso no te
gustaba, pero en realidad nunca te pedí que dejes de hacer esas “cosas”. Las
únicas veces que te pedí que cambies fue para que me demostraras que en
realidad te importaba (como cuando te pedía que no me dejes en visto ya sé que
esas son niñerías que no van con chicos tan “ocupados” como tú, pero para mí
era importante, ya que a la semana nos veíamos solo el sábado y con suerte el
domingo, a pesar de vivir a media cuadra de distancia, o como cuando te pedía
que me des la mano para bajar del carro, etc.) Somos mundos diferentes, quizás
esas cosas te cansaron o no me quisiste lo suficiente por eso en cuanto
conociste a alguien más, no te importó nada y simplemente te fuiste, así, sin
más.
Me gustaría buscarte y preguntarte
si de verdad fuiste feliz (o eres feliz) con ella, si valió la pena. Aunque ahora
ya no importe. Te juro que cuando me dijiste el día anterior que habías salido
con alguien más, el mundo se cayó para mí (literalmente), ese día me di cuenta
de algo, hasta esa noche no sabía qué tan enamorada estaba hasta que quise irme
pero no pude hacerlo, pero tú tan “bondadoso” me ahorraste el trabajo, y diste
el primer paso. Ya después por un amigo en común me enteré que “te sentías mal”
por lo que habías hecho y por eso decidiste terminar (entre otras cosillas que
ya no vienen al caso, pero que yo sé que son excusas).
Ya que más da. Las cosas ya están
hechas, al inicio no lo aceptaba, no te imaginas cuántas noches me quedé
dormida cansada de tanto llorar, no te imaginas cuántas veces releí nuestras
conversaciones, ni siquiera te imaginas cuántas veces te busqué con la mirada
en cada carro que pasaba con la esperanza de mirarte, no te imaginas cuántas
veces miré tu última conexión y cuantas veces se me aceleró el corazón al verte
en línea, no sabes, no, no sabes cuántas veces miré el vídeo que me enviaste en
mi cumpleaños, y estoy segura que ni se te ocurre cuántas veces sentí que la
vida se me iba suspirando tu ausencia.
Ahora, para serte sincera aún te extraño,
pero las cosas han cambiado. El primer día fue horrible, el segundo también, el
tercer día fue el peor de todos porque todo empezó a irme mal en el trabajo, me
enfermé ese mismo día, sentía que todo el universo conspiraba en contra mía, en
pocas palabras todo se fue al carajo. Y los días siguieron pasando, y yo
esperaba que me busques y que me digas que lo sientes, es raro pero quería que
me des un abrazo, y que me digas que todo va a estar bien. Pero este no es el
giro que le quiero dar a este texto, en realidad quiero darte las gracias por
lo que fuimos, no sé exactamente qué era, pero fuimos algo que solo tú y yo
entendimos, sin fechas. Yo le había puesto puntos suspensivos a nuestra
historia, no te juzgo, todos nos equivocamos, todos fallamos.
Hace ya algún tiempo he borrado dos
puntitos para cerrar definitivamente este capítulo, sin embargo siento que
falta algo, confieso que para soltarte y dejarte partir (metafóricamente
hablando porque tu hace tiempo ya te habías ido) me era necesario mirarte una
vez más para poder seguir, esa es otra razón por la cual he decidido plasmar
estas letras, y como ya no se pudo, he decidido quedarme solo con los buenos
recuerdos (porque tampoco puedo hacerme la loca y hacer como si nunca pasó
nada), no es fácil para mí (porque para bien o para mal, vives a unos pasos de
mi casa y sé que tarde o temprano nos cruzaremos) y creo que lo más saludable
es recordarte bien. Como ya te dije antes: No se olvida, solo se deja de querer.
Y ya el tiempo y tus acciones se están encargando de eso. Para mí esto no fue
en vano, te agradezco a ti y a la vida por habernos permitido escribir esta
historia. Ya he borrado todas nuestras conversaciones y también nuestras fotos,
ese día una vez más leí lo que me escribías y derramé unas cuántas lágrimas de
rabia, tristeza, confusión y mezclas de sentimientos interminables, no pude
evitar preguntarme cómo aquello tan bonito que teníamos se terminó tan pronto (y
sé que no soy una pasita pero nos entendíamos bien, creo).
En fin, ¿Recuerdas cuando te
pregunté por la cicatriz que tenías en el rostro?... Me contaste que cuando
eras pequeño te había rosado una bala, yo me puse muy triste, hasta que meses
después me entere que fue mentira y en realidad era una marca de varicela (jajaja),
nos reímos como tontos por más de media hora. ¿Y recuerdas ese día que estabas
muy triste y me escapé a la una de la mañana solo para ir a darte un abrazo?...
No te pregunté nada, solo te abracé y lloraste en mi hombro (hasta el día de
hoy no sé por qué te sentías tan mal, pero si no me lo contaste, lo respeto,
todos tenemos demonios que de vez en cuando nos quieren ganar). Yo siempre
recuerdo tu risa y tu olor (te lo dije, tengo memoria olfativa).
Ah ¿Y recuerdas cuando salíamos a
manejar bici?, te juro que de todos los momentos bonitos, sin duda alguna el
mejor es cuando me paseabas y me decías al oído que me quieres. Aunque ahora
manejo sola, he recorrido casi todos los lugares por donde paseábamos juntos,
he bajado 5 kilos y estos meses he
sacado 100 en el inglés (no es por presumir pero eso me hace sentir muy bien),
las cosas han cambiado mucho, estoy aprendiendo a disfrutar de cosas que antes
no hacía, y de alguna u otra forma, eso sin ti no habría sido posible, después
de haber tocado fondo siento que estoy saliendo nuevamente a flote y no
permitiré que nada ni nadie me detenga.