sábado, 12 de septiembre de 2009

Alma, Corazón y Vida

…”Quisiera citar aquellas sabias palabras que algún día un González Prada lanzó como cuchillas a la conciencia de la gente, desatando quizás un efímero sentir o una eterna impotencia ante la desigualdad; o conversar ilimitadamente con un Ricardo Palma a ver si al contagiarme de algunas tradiciones no sigo traicionando el honor de mi país; convDAertirme quizás en la regla de las rimas de un tal Melgar y apasionar a toda una nación con tan sólo suspirar… Pero me pregunto si aún existe la vergüenza en el cambio o la necesidad de orgullo en cada alma criolla y supuestamente Peruana que existe.”

Vivimos un momento tan difícil en el Perú que a la vez es perfecto para superarlo, quizás mis palabras son un tanto intrascendentes y no curen la herida que se ha dibujado desde que dejamos de creer; pero siento que mi voz es un certero voto a mi conciencia y así mientras tanto comenzaré a creer en mí.

No pretendo juzgar gobiernos, ni políticos, ni alguna forma de poder; al final todos vivimos en una misma selva y con el pasar silencioso del tiempo, los que vivimos mantenidos por la pena debemos aprender a sobrevivir, no comiendo de las esperanzas habladas, ni de la hipócrita máscara de la bondad sino del fruto de cada esfuerzo que sudamos sin cesar. Soy peruano y siempre grito cada gol o punto que ciertos jóvenes nos regalan cuando la pasamos mal, quizás no todo es alegría cuando sudamos una diagonal roja en el pecho pero he aprendido a soñar cada vez que despierto. Simplifico cada quejido social que escucho al caminar; aborrezco cada crítica que no construyó ni un hangar; desnudo cada idea escondida apartándola de la temible frase del ¿Qué dirán?; dejo de respirar si es posible para no tratar de incomodar, convirtiéndome en un fantasma empedernido en cambiar por lo menos unas vez al día, ese pensamiento frustrado que mis queridas tentaciones empujan más y más a fracasar.

Quisiera poder escribir un poco de economía o por qué no de política, hablar de desempleados o de los miles de profesores que gritaran una eternidad, hablar de la pobreza o quizás de algún soldado caído por el terrorismo; pero económicamente yo no tengo mucho y mi política me dice que me encuentro totalmente desempleado, por no aprender de esos profesores que vivirán siempre de la pobreza de un país, convirtiéndose así en un soldado más que se vestirá de terrorista para cambiar las cosas.

Después de todo, no le imploraré a una divinidad a que nos saque de esta desgracia; ya me olvidé de rezar y rogar cuando hay tanto que hacer, no sé si dejar un diezmo como ayuda o dárselo a quien ha pedido ayuda siempre, no sé si creer mucho en la costumbre o no creer nada de mis esperanzas, solo intentaré soñar, hacer y volar; quizás así me sienta más libre.

…”El Perú es un árbol caído que busca de alguien para ser obrado, anímate a ser un leñador más… Recuerda que si te sientes cansado, partirás con un recuerdo eterno llamado ESFUERZO y serás enterrado en un inmortal ataúd que será tu OBRA.”

¿Donde esta la inspiración?

… “He pedido inmortalizar un sincero recuerdo a mi nostalgia, grabar un superfluo motivo a la necesidad de volverme a enamorar; querer caminar de nuevo en el mundo de apasionados, moldeando aquellas viejas experiencias en nuevas plumas y poder volar; tentar nuevamente a lo prohibido y gozar eternamente de ese pecado de poder amar; brillar con una luz tan mínima en un paraíso tan oscuro y ahogarme un poquito en ese nuevo mar de besos que necesita este cuerpo herido.”

Vivo en un mundo ahumado y gobernado por la soledad, aunque quizás hace un año ya no siento lo que es amar, mi cuerpo siempre estuvo dispuesto a regalar besos y encontrar promesas por bondad. Ahora tengo blando el sentimiento y un poco retraído mi temor, a veces me duelen los suspiros y quizás otras veces el perdón, pero quisiera poder sentarme y escribir miles de metáforas a un enigmático nombre, ilustrar en burdas líneas esa definición imperfecta de ser amado, imponer mi realidad ante una loca ilusión… ¿Pero quién me regala esa inspiración?

Tengo mudo el sentimiento y un poco tibia la emoción, digamos que cansada esta mi alma y un poco dormido el corazón; inquietas mis tercas manos y oscura mi apagada pasión, enamorado de un color abstracto y arrodillado por la condena de una ilusión. Ahora quisiera no poder entender lo que sentían aquellos hombres que desdibujaban verso a verso ese secreto escondido de un platónico amor, o la necesidad de un niño al querer sentir por primera vez un confuso beso; quisiera no poder ver gota a gota las lágrimas de los caídos por un traicionera pasión, o no poder tocar aquellas manos que reflejan bruscamente cada aceptado perdón…

Pero las femeninas sorpresas llegaron una detrás de otra con una moribunda antorcha como protección; sorpresas que me atañen el pensamiento, dejando un bello y efímero mensaje a la conciencia con un postdata apuñalando al corazón. Después de todo qué más puedo pedir, quizás un beso envenenado o un pensamiento enajenado; un abrazo a la distancia o un error como alabanza; un secreto inexistente o una sonrisa deprimente que cada momento elocuente mis ciegos ojos procuraron contar…

“… Mientras tanto intentaré entender ese oscuro y vago mundo que me rodea, no explorarlo pero si admirarlo; a ver si en algún momento esta luz que se encuentra dormida dentro de mí, se anima y le da vida a cada solitario pasaje, encontrando por fin esa eternidad hecha sentimiento con un poco de locura y pasión envolviendo los inesperados momentos…”