… “He pedido inmortalizar un sincero recuerdo a mi nostalgia, grabar un superfluo motivo a la necesidad de volverme a enamorar; querer caminar de nuevo en el mundo de apasionados, moldeando aquellas viejas experiencias en nuevas plumas y poder volar; tentar nuevamente a lo prohibido y gozar eternamente de ese pecado de poder amar; brillar con una luz tan mínima en un paraíso tan oscuro y ahogarme un poquito en ese nuevo mar de besos que necesita este cuerpo herido.”
Vivo en un mundo ahumado y gobernado por la soledad, aunque quizás hace un año ya no siento lo que es amar, mi cuerpo siempre estuvo dispuesto a regalar besos y encontrar promesas por bondad. Ahora tengo blando el sentimiento y un poco retraído mi temor, a veces me duelen los suspiros y quizás otras veces el perdón, pero quisiera poder sentarme y escribir miles de metáforas a un enigmático nombre, ilustrar en burdas líneas esa definición imperfecta de ser amado, imponer mi realidad ante una loca ilusión… ¿Pero quién me regala esa inspiración?
Tengo mudo el sentimiento y un poco tibia la emoción, digamos que cansada esta mi alma y un poco dormido el corazón; inquietas mis tercas manos y oscura mi apagada pasión, enamorado de un color abstracto y arrodillado por la condena de una ilusión. Ahora quisiera no poder entender lo que sentían aquellos hombres que desdibujaban verso a verso ese secreto escondido de un platónico amor, o la necesidad de un niño al querer sentir por primera vez un confuso beso; quisiera no poder ver gota a gota las lágrimas de los caídos por un traicionera pasión, o no poder tocar aquellas manos que reflejan bruscamente cada aceptado perdón…
Pero las femeninas sorpresas llegaron una detrás de otra con una moribunda antorcha como protección; sorpresas que me atañen el pensamiento, dejando un bello y efímero mensaje a la conciencia con un postdata apuñalando al corazón. Después de todo qué más puedo pedir, quizás un beso envenenado o un pensamiento enajenado; un abrazo a la distancia o un error como alabanza; un secreto inexistente o una sonrisa deprimente que cada momento elocuente mis ciegos ojos procuraron contar…
“… Mientras tanto intentaré entender ese oscuro y vago mundo que me rodea, no explorarlo pero si admirarlo; a ver si en algún momento esta luz que se encuentra dormida dentro de mí, se anima y le da vida a cada solitario pasaje, encontrando por fin esa eternidad hecha sentimiento con un poco de locura y pasión envolviendo los inesperados momentos…”
No hay comentarios:
Publicar un comentario