Recuerdo la noche que leí un poema hecho por tus suspiros,
y dopado de la grandeza de sus versos,
me enamoré de las rimas que puede causar el iluso Amor.
Busqué contagiarte con algunos textos tontos,
lo que es la vida con sentimientos algo abstractos,
y me di con la sorpresa que es tu manía,
la que hace que mi pluma sienta apatía,
por describir esa hermosa rareza que te envuelve cada
atardecer.
A veces me pregunto si es tu sensibilidad, un dilema,
o es el miedo que siente tu silueta,
cuando encuentra una sombra con quien vivir;
porque muchas veces haces correr vidas enteras,
y a veces son innumerables las que te rodean,
cuando solo atinas a sonreír.
Es que es tu rara belleza la que no entiendo,
la que no quiero rozar para no sufrir,
porque a veces te pienso como algo externo,