miércoles, 4 de julio de 2012

Vidas paralelas

Mi madrugada se vio interrumpida por las lágrimas de un amigo. Escuchar el sonido de su dolor para luego pasar a secarle el llanto en un consejo, hicieron que me sienta como el nobel a los versos sin complejos… Mientras tú andabas vagabunda perdida entre las estrellas, acompañada del fiel amigo que solo se corre de la oscuridad; por las calles antagónicas de una ciudad que solo profesa orgullo, yo seguía perdido entre sueños.

Desperté entre sabanas que se llevan una parte de mi, en medio de una realidad donde el sol ya dictaba que el medio tiempo de un agitado día, ya lo perdí por walk over. Compraste un acelerador de latidos en la tienda más antigua del paraíso, mientras tus pasos tomaban rumbo hacia el cielo que lo cubría.

Cogí un cuaderno lleno de teorías, que se proclamaba autodidacta por el desvió de mis pupilas, y camine por algunos minutos que parecen horas en este infierno vestido de ciudad, con la única consigna de darle uso a la gratitud de mis neuronas. Tu noche se prestaba para complacerle al pensamiento, y darle sentido a cada céfiro que el viento acaricia en tu piel.

Recordaste como cuando eras adolescente, que empezar de nuevo nunca esta de mas; que tener un propósito independiente en la vida siempre será una motivación para recordar lo que fuiste y darte cuenta de quien eres ahora. Tú seguías perdida entre la inmensidad de la noche, y yo aquí recién le daba la bienvenida.

Compartí momentos nuevos con mis compañeros, situaciones incomodas con mis profesores y como siempre un grito de ironía a la ignorancia. Pensé en la compañía de una canción de Arjona, para regresar cantando a aquella soledad tirana que acá me estaba esperando, y nada. Tan solo viaje como lo hace un simple pasajero, pero tú ya comenzabas a entrar en reforma, sacando cuentas de lo que vas dejando, restado de lo que estas aprendiendo, mientras la luna te observaba.

Yo acá miraba al cielo y notaba ese fiel reflejo de tus ojos, tú allá le alzabas un poema, pidiendo que esta noche no sea solo un antojo. Juras amar ese momento, que sin pensar yo andaba buscando, ahora vienes aquí, te relato una novela y aunque sea grande mi problema, es mas grande estas circunstancias que me hacen sentir como paciente de tu repertorio.

Gracias a la vida por demostrarme una vez más que la distancia es solo una palabra.

Te quiero Mayra.



1 comentario:

  1. Lo mejor de esa amistad que tienen, es que son tan distintos que se complementan imperfectamente, así cada cual a su manera vive la vida lo mejor posible, pero siempre apoyándose y cuando se dan un consejo, su sinceridad y vana sutileza les demuestra la realidad de la vida.
    Los amo a los dos!

    ResponderEliminar