martes, 7 de octubre de 2008

Matando minutos

Sentir a la soledad como mi única aliada y querer dar un paso hacia adelante sin mirar hacia atrás pues es muy difícil, pensar que allá en la tierra de tus sueños has creado de pronto ya una vida y dejarlo todo por un sueño, creando con injusticia malos recuerdos en tu trayecto, es aun peor. Quisiera recibir con alegría a cada mañana que despierto en esta lejana ciudad, pero no puedo, saber que al respirar el aire me sabe a indiferencia y que al caminar te encuentras con nada; recordar que allá lo tenía todo y que acá tengo que ganármelo es muy confuso pero aceptable. Quizás el mismo sentimiento de necesidad que ahora tengo pues ella también lo vive día a día con lagrimas de por medio, lagrimas que rozan todos los sentimientos que tengo hacia ella, creando así una herida que cerrara solo cuando vuelva a sentir sus labios.

Siempre la recorro en mis recuerdos y ocaso tras ocaso su cuerpo arde en mi memoria, la amo y si el viento llevaría mensajes pues ese sería el primero, y ahora la pienso a cada minuto atormentándome con la decisión que me fue difícil tomar. Ella furiosa por la renegada decisión que tome pues me dijo: Vete! Y esa palabra quedo grabada en mi cabeza, haciendo de mis días, eternos y de mis pensamientos, horrores; pero la entiendo y ojala algún día ella me pueda perdonar y me recuerde como antes, con anhelo de amarme cada día mas y mas.


Cada vez que la llamo, siento que la delicadeza y dulzura de su voz me grita: Vuelve! Pero su orgullo y odio hacia mí me dice: Me olvide de tu amor. La amo y cada vez que intento robarle un sentimiento de su aturdida mente termino causándole molestias por doquier, no entiendo por que pretende alejarse mas y mas de mi y quiere matar todo el tiempo que juntos hemos compartido y por que quiere destruir con una pluma tal amor que la gente admiro sin preguntarse que hicimos, pero solo se que se necesitara una eternidad para poder acabar con todo esto. Si ella entendería el por que algún día dije: Me voy, pues quizás todo seria diferente y ahora no tendríamos que decirnos amargas cosas con un fondo de soledad.

Tan solo espero que llegue el día en el cual la vuelva a ver y decirle toda la falta que me hizo y mirar a sus ojos, sintiendo el calor de su cuerpo rozando el mío con un aliento de esperanza, pedirle perdón mil veces y volver a sentir aunque sea por un minuto todo aquel amor que un día nos entreguemos.

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