miércoles, 9 de mayo de 2012

De una noche


“Quisiera tardar toda una vida, reflexionando de la misma; motivar cada momento prisionero de las manecillas de un reloj, a revivirse, a confundirse o a mejorarse; pero, que puede ser más incierto y emocionante a la vez, que preguntarse por aquellas cosas que nunca se hicieron, y cuando algún día las intentamos vivir, no toparse ni con un milímetro de lo soñado. He aquí una de las grandezas que tenemos al respirar, que cada segundo se convierte en héroe y verdugo, hasta que el tiempo se detiene con un último latido”

Pretendo desnudar en medio de la noche, todo aquello que recorrí 21 años atrás; quizás en medio de la nada encuentre mis más sutiles defectos o, por qué no, mis más defectuosos errores. Aunque ahora solo me sirva me moraleja, quien no se apasiono por llegar a la cumbre más alta de este mundo, y cuando erro, quien no sintió la caída en un charco de lágrimas; pero ¡oh, grandezas de la vida!, existe algo llamado perdón, que abatido por alguna u otra oportunidad se convierte en la más sencilla receta que lucha contra el destino, que es comenzar de nuevo.

He escuchado decir a muchas personas, que en la vida, comenzar de nuevo no existe. Y aunque acepto el comentario, pero no lo comparto; digo que se puede comenzar de nuevo, cuando uno así lo necesita… Psicológicamente, este mundo se encuentra abatido y confrontado, por las hermosas y llamativas ventanas donde el mundo se hace tan pequeño, que créanme, Cristóbal Colon se sentiría frustrado por descubrir América. Puede sonar algo sarcástico e irreal, pero entre sueños he comprendido, que el mundo avanza con tanta ciencia y tecnología, que con el tiempo los humanos tendremos algo más de metal, aparte de los aretes, collares, anillos, etc. Es que la sensibilidad tiene un límite, este se llama humanidad.

Hace algunos años atrás, cuando vestía un pantalón gris y camisa blanca, zapatos bien lustrados y las patillas al tope, recibí uno de los golpes más duros que la vida me pudo dar. Es curioso, me quiso robar a la mujer más hermosa del mundo, la que me trajo a la vida, a cambio de una eternidad de lágrimas; pero si en algo he estado de acuerdo con el destino, es que muchas veces está en contra de la propia vida. Sucedió que mi madre aún sigue conmigo, y fue desde ese entonces que supe realmente que quería en la vida.
Como cualquier persona “normal” que vive sobre la faz de la tierra, un día me enamore. Tenía apenas 8 años cuando mis ojos se obnubilaron y comenzaba a actuar como aquellos enfermos, que padecen del “Síndrome del Amor”, pero ni siquiera tenía una década de funcionamiento, así que cualquier cosa podría confundirse con eso. Aunque, ahora mis perspectivas se encuentran más direccionadas, me atrevería a decir que ya comencé a vivir con tal síndrome. La pregunta que siempre uno se hace es, ¿Cómo saber si es Amor?

Y créanme, cupido no existe, y aunque muchos dicen que toco su puerta, pues están locos. Pero el Amor es una locura, y lo digo con toda responsabilidad y ojeras que noche tras noche, pensé y soñé, con ese ser que se convierte hasta en un Dios. Pues, volviendo a la pregunta, de ¿Cómo saber si es Amor?, créanme no lo sé, pero acá dentro de uno, sí que se siente extraño.

Volteando la esquina de mi cama, se esconde una adicción que nunca podre dejar, las baladas. Digo esto porque siempre que estoy solo, escucho una, me recuesto en mi cama y es ahí en la esquina, donde me envuelvo, volteo y pienso todo lo que tuvo que pasar ese cantante para que de pronto, con una melodía nos deje nostálgicos, estúpidos y suspirando a cada minuto. Es así que comprendí, que no quiero cantar un recuerdo ajeno, pues quiero inventar mis propias canciones y suspirarlas aún más, y por qué no llorarlas.

De seguro, cuando alguien lea esto y sepa algo de psicología, no dudara en darme un tratamiento gratuito con comentarios externos a mis tímpanos. O quizás alguien quiera un poco de locura al conversar, o porque no platicar de los sinónimos o antónimos que nos da la vida. Aunque yo preferiría, recibir un consejo que me enseñe una manera diferente de disfrutar la vida.

“Ahora, que ya he repasado todo lo que he escrito, se siente aún más extraño, por que comencé hablando de la Vida, pase a la Humanidad, y recito al Amor. Y en serio, no tengo ganas de limitarme todavía”

No hay comentarios:

Publicar un comentario