“Son en mis ojos que se pierde aquel reflejo
enigmático cuando te vi por primera vez. Intento recordar con palabras, aquel
momento fugaz donde mi timidez me tapaba la cara y cuando tú, desbordabas
dulzura tan solo al caminar; donde yo me sentía ajeno a la realidad y me
devoraban los complejos, mientras tú, solo formabas parte de un bonito
recordar… Es así que sentencio aquel suspiro que siento al recordar, que
mientras tu disfrutabas de la vida, yo buscaba un pretexto para comenzarte a
adorar”
Quisiera
poder describir verso a verso toda una noche tu dulzura; cantarte al oído
alguna bella canción que te diga lo hermoso que es vivir, susurrarte a la
espalda que no veo la hora de mencionarte un “te quiero” y caminar de tu mano,
en una playa de nervios que disfruto cuando te intento mirar. A veces he
sentido la duda, si en tus ojos encuentro la luna o encuentro al mar; si es tu
pelo aquel telón que cubre el más hermoso reflejo que describe tu vida; o si es
que podre ver algún día en ellos, el brillar que desprenden al verte suspirar;
pero nunca me apartes tu mirada.
He
sentido una leve necesidad, un pequeño deseo de convertirme en un poema que
recite consejos para ti; ser parte de este presente tuyo, que a cada paso que
das ira tornándose pasado o futuro si hacia lo deseas; convertirme en una
sombra que haga de tus incertidumbres, una moraleja en tu vida; y por qué no,
ser la parte derecha de tu corazón.
Pero
déjame sentir en tus brazos, aquel latido que complementa la tenue melodía que
entona mi corazón; déjame ver alguna vez en tus lágrimas, todo el mundo de
sentimientos que se encierran en ellas; déjame suspirar desde mi habitación
aquellas palabras que la timidez recluta y solo las pronuncio en sueños; déjame
ser parte de tu vida hasta el amanecer más lejano, que cuando despiertes solo
sentirás rareza por tanto querer.
“No te pido una vida para disfrutar, eso será
cuestión de todos los días, te pido momentos eternos para recordar toda una
vida”
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